126 pichones de cotorra margariteña (Amazona barbadensis) volaron desde sus nidos en Macanao, durante esta temporada reproductiva. Esta es la mayor cifra registrada en la historia de este programa, y da esperanzas ciertas de que la población de esta especie, gravemente amenazada con la extinción, siga consolidando en las costas margariteñas, gracias a la amplia participación de las poblaciones locales, nuestros voluntarios, y los apoyos claves de nuestros socios y aliados.
Adicionalmente, la reforestación, con miles de nuevos árboles nativos, que ha estado desarrollando Provita en Chacaracual, así como en los terrenos del Hato San Francisco, irán devolviendo a la cotorra, y a varias otras especies, un hábitat que había sido arrasado por la actividad humana, amenazando con ello un tipo de ecosistema único, propio de nuestras costas.
