La sombra que genera hábitats seguros para las aves: La cuarta fase de nuestro proyecto Aves y Café ha terminado dejando un legado que continúa

En la cordillera central de la costa de Venezuela, el proyecto Aves y Café continuó expandiéndo acciones de la mano de aliados, comunidades locales y productores agroforestales, con un objetivo claro: sembrar o mantener cultivos agroforestales como café, cacao y cambur, con prácticas orgánicas bajo la sombra de árboles nativos, resultando en productos de calidad y la contribución directa con la conectividad y conservación de ecosistemas boscosos dentro de un hotspot de biodiversidad, hábitat de aves migratorias, residentes y endémicas.

En 2017, el proyecto “Aves y Café” nació tras una alianza colaborativa entre Provita, la creación de la Asociación Civil de Productores Agroforestales de Piedra de Cachimbo y La Florida (ACAFLO), la Iniciativa Cardenalito y otros aliados, con el propósito de capacitar y brindar acompañamiento técnico en la implementación de prácticas agroforestales orgánicas, expandiéndolas a su vez a otras localidades de forma organizada. 

A lo largo de los años el proyecto fue creciendo, estableciéndose como un modelo con resultados tangibles y de referencia en el manejo orgánico y agroforestal, respaldado por certificaciones cómo Birdfriendly coffee.

ACAFLO es el resultado del compromiso de agricultores y agricultoras que promueven la conservación de los bosques de la Cordillera de la Costa a través de cultivos agroforestales, convirtiendo o manteniendo espacios que son un hábitat crucial para cientos  de especies, entre las cuales algunas están en peligro de extinción, como el Cardenalito de Venezuela. 

Como organización, estamos muy agradecidos con las comunidades que nos recibieron con entusiasmo y disposición de hacer cambios y mejoras en la gestión de sus cultivos. Gracias a ellos incorporamos 283 hectáreas en estos dos años, para un total de 1026.71 hectáreas impactadas en todas las fases del proyecto, ya son más de 500 productores en unas 30 comunidades, los protagonistas de esta historia. 

Entre los avances clave destaca el fortalecimiento de sus capacidades, como productores agroforestales, como comunidad y cómo miembro de ACAFLO, apoyándolos a desarrollar su autonomía, su modelo de negocio y mantener el respaldo de certificaciones como organización de productores agroforestales que promueve la conservación de la naturaleza. En conjunto con los 8 talleres socioambientales que se dictaron en las distintas comunidades con el fin de afianzar el trabajo en equipo y liderazgos comunitarios, además de 15 talleres agronómicos que garantizan el mejor manejo de sus cultivos.

 Para el éxito del proyecto ha sido fundamental la metodología participativa, impulsada por una comunicación eficaz y la incorporación de las inquietudes comunitarias en el desarrollo del proyecto. Para lograrlo en estos dos años implementamos sondeos participativos en 9 comunidades iniciales e instrumentos socioambientales para medir el impacto y la percepción del proyecto en las mismas (antes y después de ejecutarlo). 

Todo el esfuerzo de ésta cuarta fase del proyecto se materializó en la siembra de café, cambur, cacao, aguacate, entre otros cultivos agroforestales con un plan de manejo orgánico y bajo la sombra de 16.233 árboles nativos plantados de acuerdo a los criterios Bird Friendly (amigables con las aves).

Tras ocho años de colaboración, el foco se centra ahora en la sostenibilidad de los saberes y prácticas por parte de las comunidades, son ellas la garantía de que este modelo de agricultura es el ejemplo óptimo de conservación y del desarrollo de la economía local.”